Aconsejó a Tomás Chávez terminar, por medio de una transacción, el pleito que tienen pendiente con Trinidad Gutiérrez los herederos testamentarios de [María de Jesús] Güemes y Chávez. Tomás Chávez quedó convencido de ello, así como de tratar con la mayor consideración a Gutiérrez. Solicitó al mencionado Chávez transmita las razones de la transacción a J. M. Álvarez, representante de la viuda del Lic. Pedro G. de la Vega, uno de los herederos. Chávez presentó un proyecto de arreglo, cobrando a Gutiérrez 10,000 pesos por el precio del rancho Domingú, 8,000 pesos por daños y perjuicios y las costas del juicio. Montes no estuvo de acuerdo porque además de ser indebido, es perjudicial a los herederos; finalmente quedó transigido el negocio obligándose Gutiérrez a devolver el rancho a los herederos de Güemes y Chávez, y éstos a dejarle libre la próxima cosecha. Rectifica un error de Gomiciaga expresado en carta de 13 de abril, al asegurar que Montes es consejero de los representantes de los herederos, a lo cual contesta que siempre se negó a intervenir en este juicio, porque no lo conoce "ni por el forro" y porque es amigo de Trinidad Gutiérrez. |
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Palabras clave |
Litigio, Juicio, Herencia, Testamentaría Güemes y Chávez, Tomás Chávez, Trinidad Gutiérrez, Rancho Domingú |