Manuel Alberdi se separó de Taxhidó porque no quiso ir a Huichapan a convenir las cláusulas de la escritura del contrato de compañía, rehusó fijar el tiempo de duración del mismo y porque dijo que el negocio era malo y su resultado sería comerse el capital. Sólo le quedó evitar que todo se perdiera. En cuanto a 747 pesos 75 centavos cobrados por Maldonado en Querétaro, pertenecientes a la testamentaría de Santa Ana Ledesma, tío de Montes, aprueba su distribución. Sólo llama la atención sobre 4 pesos que cobró el escribano por cancelar la escritura de hipoteca otorgada a Montes; dicha suma debió pagarla la testamentaría y de ninguna manera el acreedor. Por consiguiente, Maldonado debe procurar cobrarla a la testamentaría. Con respecto a la mina de Las Azulitas, informa que los socios aviadores determinaron vender los cuartos, la herramienta y los metales; lo autorizaron para facultar a Maldonado a fin de enajenar todo, fijar el precio y la forma de pago. Desea seguir su consejo de ir a terminar sus días a Cadereyta, pero sus obligaciones lo retienen en la ciudad de México. Si pudiera lo haría de buena voluntad, ya que "siempre he querido a mi país natal; y me sería grato que mis restos mortales reposaran en la tierra que guarda los de mi amada madre; pero hasta hoy Dios ha dispuesto las cosas de otro modo; y es necesario someterme a su voluntad soberana". |