La carta del 27 de febrero "casi ha restituido mi espíritu a su calma habitual; no por la oferta, que en ella me hace de la jefatura política de Atotonilco para mi hijo; ni por la promesa de que más tarde será jefe político de Huichapan; sino por el lenguaje conveniente y decoroso en que ella está redactada; muy diferente por cierto del que se lee en el día 14. Puede U. creer, amigo mío, que los honores y el interés pecuniario ejercen poca influencia sobre mi alma; y que no hay cosa que la irrite más que la falta de respeto y de decoro a mis antecedentes y a la posición en que hoy me encuentro por la confianza con que me favorece y honra el presidente de la República. Aunque son las juntas de profesores las que conceden las becas, yo no acostumbro dejarme vencer por nadie en materia de generosidad; U. me ha dejado satisfecho en su carta, no quiero ser inferior a U.; y por lo mismo hoy mandaré extender el despacho de una beca de gracia, en favor del joven Ezequiel Quiroz". |