En contestación a su carta del 12 de mayo, insiste en la necesidad de que la renovación de jueces y magistrados del Distrito Federal se haga por medio de elecciones populares, aunque el gobernador esté de acuerdo en que el presidente [Manuel González] haga dichos nombramientos. Tal situación data de 1869 y aunque Montes no puede combatirla, contribuirá en la medida de sus fuerzas para que los electos sean hombres probos, inteligentes, instruidos y prácticos en la aplicación de las leyes.
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