Envía por la casa de diligencias 50 pesos para que pague la ropa que se mandó hacer. Ya no podrá ministrarle otros 50 pesos porque se acerca el día en que vuelva a la vida privada y porque sus enfermedades no le permitirán trabajar para ganar lo necesario. Por consiguiente, aconseja que viva con el mayor orden y economía. Le recomienda que cuando él pague el tributo que todos debemos a la naturaleza, "no cometas el desatino de dividir lo poco que les dejo a tu mamá y a tí; porque estoy cierto de que en tal caso los dos sufrirán verdadera penuria; mientras que permaneciendo unidos, ambos tendrán lo necesario para cubrir las exigencias de la vida". |