Reproduce la carta que envió el 8 de marzo [véase núm. 471], pues no ha recibido contestación y pide que siga sus indicaciones. Las honras fúnebres dedicadas a sus padres no se podrán celebrar el 31 de marzo, pues el cura de Cadereyta [Rafael Aguilar] avisó que por ser ese día infraoctava de Resurrección, está prohibido decir misas votivas de difuntos. Por ello, tiene que mandar a imprimir nuevas invitaciones y le pide que lo haga, que mande al escribiente [Ángel] Salgado a la imprenta de Díaz de León (calle de Lerdo), con la consigna de que se impriman a la mayor brevedad posible. Ordena que mande componer el reloj que envía con esta carta, en la relojería de la calle de Vergara (entre el Teatro y esquina de la calle de San Andrés). Está muy aliviado de sus males gracias a las aguas de Taxhidó: "cuanto yo pudiera decirte para elogiar este portento del Altísimo, sería inferior a la realidad de las cosas. Si Dios nos diera vida, vendrás a Taxhidó; tengo un pensamiento, ya tú me entiendes". Finalmente hace saber que Agustín [Montes] desea arrendar una hacienda para quedarse, "porque quiere cambiar de vida". |