Al referirse a la carta que el propio Montes escribió a [José María] Reyes el 8 de abril [véase núm. 556], pregunta si ésta tiene algo de lo que pueda avergonzarse, y se responde que no es culpable de que Reyes ignore que, cuando el librado no paga una letra de cambio, el que debe hacerlo es el librador. Tampoco se le puede imputar que Reyes interponga la conservación de 360 y tantos pesos a su propia consecuencia. Reyes propala que debe a Montes la situación de bonanza en que se encuentra y, sin embargo, "tiene la vana pretensión de hincar su envenenado diente en una reputación sin mancha; su torpeza sólo sirve para probar que pertenece al número infinito de los ingratos", y que tratándose de dinero, "es capaz de atropellarlo todo". Solicita que muestre esta carta a Juan C. Gomiciaga y a Clemente [F.] Díaz. |