Benito Juárez

54 / Ms. 1246 / 1873-07-20 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: FERNÁNDEZ, Justino
Explica las causas de su derrota electoral: la calumnia de Silviano Gómez, quien dijo que él intentó comprar el voto de los electores, cuya prueba era un préstamo de Montes a su amigo Alejandro García y a otra persona, así como su aportación a favor de la instrucción primaria y de los artesanos organizados de Huichapan. Desmiente dicha acusación, pues no es partidario de usar tales métodos, sobre todo cuando ha sido víctima de intrigas: "en julio de 1871, Benito Juarez envió a Eugenio Barreiro a Huichapan con autorización de gastar hasta $20,000.00 para que se eligiera diputado propietario a otra persona que no fuera yo, y en 1872, Cervantes envió a dos agentes con el mismo objeto".

1718 / Ms. 1252 / 1878-08-12 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: DUBLÁN, Manuel
El expediente sobre adjudicación de los terrenos y aguas termales de la cañada de Taxhidó se encuentra en la sección 6ª, mesa 4ª, con el número 8,773. Envía copia de la mensura y avalúo de los terrenos, que comprenden las dos márgenes del río San Juan o Aguascalientes. La disputa pendiente se refiere a los terrenos y ojos de agua contiguos a la estancia de Tziquia; por lo mismo, el interés del pleito es despreciable, de acuerdo con la valoración de los terrenos de la mesa y barranca de Taxhidó que se hizo cuando Silviano Martínez, vecino de Huichapan, pidió y obtuvo la adjudicación total de dicha mesa y barranca. El presidente Benito Juárez declaró nula la adjudicación y mandó repartir los terrenos de la mesa, a título gratuito, a los colonos o arrendatarios. Envía el discurso que pronunció ante el Tribunal pleno de la Suprema Corte de Justicia, el 6 de julio de 1877, sobre el verdadero significado del art. 29 de la Constitución federal donde expresa la convicción de que el presidente de la República no puede ser legislador en ningún caso.

1787 / Ms.1252 / 1878-09-29 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MONTES LEDESMA, Dolores
Lamenta que haya pasado susto y peligros por la creciente del 24 de septiembre en Taxhidó. Pide que no se preocupe por tan poca cosa, pues las pérdidas pueden ascender a 2,000 pesos; pero no vale nada, pues él ha sufrido mayores quebrantos y no por eso dejó de cumplir sus obligaciones: en mayo de 1863 murió el Lic. Miguel Atristáin sin haber otorgado una escritura de 2,000 pesos que debía una testamentaría a Montes como apoderado y patrono. Desde noviembre de 1867 hasta febrero de 1872, patrocinó a la Casa de Moneda de México en un negocio con el gobierno y ya para decidirse, Benito Juárez quiso que la Casa de Moneda cambiara de abogado; el abogado que lo reemplazó ganó 20,000 pesos que no le correspondían. Desde febrero de 1872, comenzó a padecer una penosa enfermedad que lo privó de su profesión de abogado que le producía 6,000 pesos o más al año. Estos hechos demuestran que lo ocurrido en Taxhidó no vale nada, pues como decía Cervantes en su obra inmortal: "Todo tiene remedio, si no es la muerte". Mientras dure la vida todo se remedia y pone como ejemplo que Agustín [Montes] es diputado al Congreso federal ganando 3,000 pesos al año y él probablemente ascenderá en su carrera pública, aumentando su haber en 2,000 pesos anuales. Insiste en que no está afligido por lo de Taxhidó y le pregunta si ya olvidó que él es huérfano de padre desde los seis años y de madre desde los 17, que nada heredó de ellos, que su protector, el padre Manuel Ávila, murió en septiembre de 1841, y que desde entonces se formó solo hasta llegar a ser abogado, ministro de Estado, diputado cinco veces al Congreso federal y electo tres veces magistrado de la Suprema Corte. Pide que diga a las personas que pregunten sobre los estragos de Taxhidó, que la dirección de las obras estaba a cargo de Prudenciano, que Montes quería que el dique tuviera dos varas de grueso, Prudenciano decía que de una y de mala gana éste aceptó que fuera de una y media.

1986 / Ms. 1252 / 1879-05-14 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: GARCÍA DE LA CADENA, Trinidad
Recibió la carta de G[arcía de la] Cadena del 29 de abril en la que le ofrece la representación del distrito de Nieves en el Congreso Federal, para que haga valer los fueros constitucionales del estado de Zacatecas en la crisis electoral que sufrirá la nación de junio a noviembre de 1880 [sic. por 1876]. La oferta del gobernador se debe a la aparición prematura de las candidaturas presidenciales que tienden a constituir a Zacatecas y a su gobernador, según éste, "en blanco de una política turbulenta bastante extraviada en el camino de las ideas constitucionales". No puede aceptar el ofrecimiento, pues el estado de su salud lo obligó a retirarse de las luchas políticas en que tomó alguna parte desde 1852 hasta 1873, cuando aceptó ser magistrado de la Suprema Corte, aun cuando se rehusó a ello en 1861 y en 1868. Esto se debe a que si en el primer tribunal de la nación se resuelven cuestiones importantes en el orden político y civil, los debates son menos estrepitosos y odiosos que en el Poder Legislativo. Le faltan las fuerzas físicas y morales que requiere el cargo ofrecido. No tiene ningún compromiso político con alguna de las candidaturas presidenciales. Tomará partido cuando conozca los programas de los candidatos y sostendrá la candidatura del ciudadano que dé mayores garantías de ejercer el Poder Ejecutivo conforme a la Constitución y a las leyes, pues tiene la convicción de que México debe sus desgracias a las dictaduras que se han sucedido, desde Iturbide hasta la hipocresía constitucional de Lerdo de Tejada, que derribó el plan de Tuxtepec sostenido por el Gral. Díaz y sus compañeros, entre los que G[arcía de la] Cadena ocupa un lugar muy distinguido. Para que comprenda mejor su opinión, envía ejemplares del discurso que pronunció ante la Suprema Corte el 6 de julio de 1877, en donde expresa su credo político en materia de derecho constitucional: rechaza el cesarismo, sea quien sea el César. Desde 1870 fue y es partidario político de [Porfirio] Díaz porque lo considera la personificación del gobierno constitucional, aunque la condescendencia de éste con algunos de sus íntimos amigos llevó a la nación al triste estado en que se encuentra. Sin embargo, es preferible al que imperaba en el periodo de la hipocresía constitucional de 1869 a 1876. Al leer el discurso se convencerá que es necesario volver "a la observancia de nuestros principios; a la guarda del primero de todos, la libertad electoral, que murió a manos de Juárez y de su director Lerdo de Tejada desde Julio de 1869; hemos tenido farsas, o caricaturas del sistema representativo, pero el verdadero sistema ha desaparecido completamente de nuestra escena política: la reelección indefinida del poder ejecutivo; las candidaturas oficiales de los diputados y senadores; y las sesiones de ambas cámaras que empiezan a las tres y media o cuatro de la tarde y se levantan a las cinco son otros patrones de ignominia que ponen en alto relieve nuestro fariseísmo constitucional". En cuanto a la Suprema Corte, que recibe consigna del Poder Ejecutivo, comenta: "nuestra lengua no tiene palabras, para censurar la última indignidad a que puede llegar un pueblo y no crea V. que declamo; soy testigo presencial de que en una época no remota se sacrificaban las garantías más preciosas del hombre y del ciudadano a una sola indicación del primero de nuestros fariseos constitucionales". Su presencia en la Cámara de Diputados sería inútil, porque uno de los candidatos tiene "una grey tan dócil de ovejas", la cual derrotó al mismo presidente [Porfirio Díaz] en cierto negocio importante.

2901 / Ms. 1255 / 1881-03-29 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: CASTILLO, Apolinar
Contesta su carta del 25 de marzo en la que recomendó a Guillermo Obregón para la Promotoría fiscal del Juzgado de distrito de Veracruz, en caso de que Saturnino Ayón no la aceptara. Aunque avala su recomendación, no está en él asegurar ese nombramiento pues sólo el presidente puede hacerlo, ya que los secretarios son consejeros oficiales autorizados únicamente para firmar decretos, reglamentos y órdenes de aquél. En otro asunto, sería grato al presidente [Manuel González] que José Ma[ría] Iglesias representara a Veracruz en el Senado. El presidente sigue una política conciliadora, liberal y honrada; desea por tanto que sirvan a la nación todos los mexicanos amantes del sistema político, del orden y de la moral administrativa. Pregunta si puede lograr que sus amigos políticos contribuyan a la elección de Iglesias, pues no sería honroso para Veracruz elegir a José Ignacio Esteva, quien fue consejero de Estado de Maximiliano, despreciando la candidatura de Iglesias. Cita los puestos que éste ocupó al lado de Juárez, y señala que fue uno de los principales promotores de la Ley de amnistía de 1870. Afirma que no cometerá la injusticia de preferir en los puestos públicos a un amnistiado en lugar de un patriota de conducta irreprochable. Pide su opinión.

3582 / Ms. 1256 / 1881-08-05 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: ARVIZO, Tomás
Da instrucciones a las que debe sujetarse como socio industrial de la compañía celebrada entre ambos: entrega en Huichapan de las cartas dirigidas al juez de letras, al jefe político interino José Ma. Villagrán y a Tomás Chávez; entrega al juzgado del poder conferido a Adrián Ocampo para que Arviso lo sustituya. Asimismo, instrucciones relativas a la construcción de la cocina de la casa en Taxhidó, de la tienda y trastienda, así como sobre la apertura del camino carretero; los nombres de los trabajadores que debe emplear son: el trocero Mauricio Olvera, el albañil Prudenciano Reyes y los albañiles de Pathé el Grande Pedro Sánchez y José Reséndiz. Procurará estar en paz con los vecinos conduciéndose con prudencia y al mismo tiempo con energía; actuará con destreza y sin manifestar gran interés en la compra de las propiedades en la mesa de Taxhidó, en el entendido de que el gobierno de [Benito] Juárez las regaló a los actuales dueños y que ninguna de ellas vale más de 200 pesos, según la circular del 9 de octubre de 1856. Añade las siguientes órdenes: no ejercer actos de denuncio sobre las tierras del costado izquierdo de la cañada, por estar en pleito con el Lic. Bartolomé Saviñón; no permitir avencindarse a gente mala en los terrenos de la compañía y menos en la barranca; nombrar y ajustar el número de dependientes necesarios para desarrollar los negocios de la compañía; establecer una cría de gallinas y aumentar la nopalera con semillas de muy buena clase de Alfajayucan, Cadereyta o Vizarrón.

3719 / Ms. 1256 / 1881-08-29 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: VELASCO, Emilio
Tiene en su poder la carta del 20 de julio, así como la lista de 18 libros que compró por su encargo y la obra Vida de Colón de Roselly de Lorgues. Incluye un billete de la banca de Francia por 100 francos, valor de los libros, del empaque y flete a Veracruz. Relata los antecedentes de su entrada a la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública. Desde 1867 fue partidario político del Gral. [Porfirio] Díaz y desde 1871 contrajo relaciones con el Gral. [Manuel] González. Cuando éste marchó a Oaxaca a defender el Plan de la Noria, le dejó un poder amplísimo para defender sus intereses y tuvo la fortuna de salvarle dos casas, en la ciudad de Oaxaca, que el presidente [Benito] Juárez le confiscó con pretexto de ser rebelde. Al regreso de González a la ciudad de México, derrotado, él no quiso cobrarle honorarios. En 1879 le comunicó que había aceptado, de acuerdo con Díaz, la candidatura presidencial y quería saber si contaba con su opinión favorable; respondió que contaba con su apoyo. En febrero de 1880 visitó cuatro distritos del estado de Querétaro hablando a sus amigos políticos en favor de la candidatura de González. Obtenido el triunfo de éste, recibió el 24 de noviembre la invitación para ser ministro de Justicia, pero la rechazó por no permitírselo sus enfermedades; sin embargo, le pidió que lo favoreciera con su influencia para ser electo senador. En la mañana del 30 de noviembre, González lo citó en su casa, a donde acudieron también el Lic. y Gral. Carlos Díez Gutiérrez, Francisco de Landero y Cos así como el Gral. Jerónimo Treviño. González les agradeció hubieran aceptado ser sus ministros; Montes ratificó su negativa pero aquél le suplicó que aceptara el nombramiento de ministro de Justicia y si en definitiva no pudiera permanecer en el ministerio, de su cuenta corría que iría al Senado. Se rindió ante esta invitación. Lo esencial es que su salud fue mejorando hasta el extremo de despachar los negocios del ministerio a satisfacción del presidente. En cuanto al estado del país, manifiesta que: "la paz pública se conserva; se pagan con regularidad las listas civil y militar; las mejoras materiales son impulsadas vigorosamente; y a no ser que ocurra algo imprevisto, es seguro que la época de nuestras locuras ha pasado; y el reinado de la paz, del orden y de la moralidad se establece entre nosotros ¡Ojalá que los hechos confirmen mi juicio!".

4626 / Ms.1258 / 1882-07-18 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MARTÍNEZ DE ARREDONDO, Francisco
Considera muy justo su juicio respecto a la desaparición de la libertad electoral; lo peor del caso es que no se vislumbra la solución: injusto sería atribuirlo a la actual administración; él comenzó en tiempo de Juárez, se desarrolló en tiempo de Lerdo y llegó a su último incremento en tiempo del Gral. Díaz, que proclamó el restablecimiento del sufragio libre; hoy no hay estado que se atreva a elegir sus representantes en las cámaras federales sin el beneplácito del Ejecutivo de la Unión.