Essai sur le duel

1701 / Ms. 1252 / 1878-07-30 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: CARMONA, Jorge
Solicita le envíe cuatro ejemplares de la obra intitulada Essai sur le duel, par le Cte. de Chatauvillard; asimismo busque al librero Mr. Ernest Thorin (Boulevard St. Michel, 58), para que éste consiga la mejor edición de dicha obra. Con respecto a la situación del país, comenta que el único suceso notable es la prisión del Gral. [Mariano] Escobedo en el punto llamado Cuatro Ciénegas, en el estado de Coahuila; algunos periódicos dicen que Escobedo será conducido a Monterrey, otros que a la ciudad de México. Añade: "El Gral. fronterizo Pedro Martínez ha saltado [a] la arena, enarbolando el estandarte de la rebelión contra el actual orden de cosas; no conozco el plan que proclama; pero puedo anunciar a V. que no será más afortunado que los que le han precedido en la carrera de los motines. Acaba de llegar a México su hermano, el Coronel D. Antonio Martínez, que probablemente vendrá a arreglar la sumisión de D. Pedro; acaso todo ello no será más que cuestión de dinero".

3640 / Ms. 1256 / 1881-08-15 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MONTIEL Y DUARTE, Isidro
Recibió su carta en la que le agradece el regalo de la obra intitulada Essai sur le duel par le Cte. de Chateauvillard, y en la que también le aconseja olvidar por completo cierto lance. Puede creer que hará en su favor todo lo que le dicta la gratitud, aunque se halla en la situación de querer hacer el bien sin poder hacerlo. Recuerda que en julio de 1879 confirió a Montiel la defensa de su honor y tal vez de su vida, se condujo como "un cumplido caballero cristiano" velando con tanto celo su honra que la hizo brillar y resplandecer. Asimismo, en octubre de 1879 le encomendó el cuidado de su escaso patrimonio y la dirección de su afligida consorte; Montiel se desempeñó como "un diligente padre de familias". Por ello, le estará agradecido por toda la vida. Ya olvidó el triste trance aludido y más de una vez ha tratado al autor del mismo como si nada desagradable hubiera ocurrido. Desde hace muchos años tiene entre sus máximas los pensamientos, que copia a continuación, "de uno de los más esclarecidos moralistas del imperio romano" (Juvenal, Sátira XIII, versos 189-192), así como el consejo de "uno de los más beneméritos maestros de la religión que profesamos" (San Pablo, Epístola de los romanos, cap. 12, versículos 17 y 21).