712 / Ms. 1249 / 1876-01-07 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: ÁLVAREZ, Juan M. Para: MONTES LEDESMA, Ezequiel
Juan M. Álvarez recibió de Ezequiel Montes la cuenta por concepto de honorarios en el juicio sobre nulidad de testamento cerrado de María de Jesús Güemes y Chávez, seguido por el bachiller Faustino Chávez y Francisco M. Rosales. Cuenta a favor de Montes por 1,187 pesos 204 centavos.
2478 / Ms. 1254 / 1881-01-03 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel Para: RIVERA, Pablo M[aría]
No era necesario que le hiciera saber que Arteaga procedió por pura amistad cuando solicitó que favoreciera a Rivera, pues sabía que Arteaga siempre habló en nombre propio. Sin embargo, Rivera incurre en varias afirmaciones imprecisas que no puede dejar sin aclarar. Fue a solicitud de una señora de su estima que en la primera quincena de diciembre pidió para Rivera la Jefatura de Hacienda de Puebla, la cual no le fue proveída, pero como tampoco pudo favorecer la solicitud de Arteaga, le propuso que renunciara a su magistratura, la que probablemente no desempañará jamás, y él se empeñaría con el presidente para que Rivera fuese nombrado en su lugar; Arteaga no aceptó. Tampoco puede aceptar su comentario respecto a que fue su tabla de salvación, ya que se manejó con caballerosidad en la causa de Agustín Montes; éstos son absurdos, pues sólo tuvo cinco negocios en el Tribunal Superior, de los que consiguió cuatro ejecutorias a favor de sus clientes y uno dejó pendiente por haber asumido una magistratura. Rivera no tuvo noticia de dos de sus casos: el que seguía Antonio Aranda con Luis Conde sobre nulidad de remate de la casa número 5 del Correo Mayor, y el que siguió Alfonso Labat con Antonio Grasso sobre validez de compra de una casa alta en Tlalpan. Los otros fueron los que siguieron Faustino Chávez con Francisco M. Rosales sobre validez de testamento cerrado de la señorita Güemes y Chávez; el de [Mariana] Puente de Morales con Dolores Rodríguez Arana y Alberto Morales [Rodríguez] sobre sucesión legítima de Manuel Morales Puente, los cuales fueron sentenciados por unanimidad, lo que prueba que él necesitaba de la salvación de Rivera. Entre ambos, Ramírez y Montes, patrocinaron a [Agustina] Guerrero de Flores y a Rafael Ortiz de la Huerta en el juicio que llevaron con Rafael Ávila sobre preferencia de derechos a la adjudicación de la casa número uno de la calle de Vergara, litigio en el cual Rivera no pudo impedir que Ramos votara en contra de su causa y en el que debieron la victoria a la honradez de Robredo y González Angulo. Posteriormente él dio a Rivera el patrocinio de Ortiz de la Huerta, quien pagó decentemente sus honorarios. Respecto a su hijo Agustín, no le debe gratitud alguna. Rivera no debe olvidar que fue él quien lo recomendó ante el ministro de Justicia en 1876 para que fuera nombrado magistrado, lo que le valió cuatro años de una subsistencia honrada y cómoda y de que en cierta ocasión Rivera lo consultó para librarse de la persecución que le hacía la autoridad política de la ciudad de Guadalupe Hidalgo. Es claro quién debe a quién beneficios y quién es el ingrato. Pregunta si es posible que alguien escriba a otra persona cuando desde 1878 no tienen negocio alguno y cuando se rompieron todas las relaciones porque uno de ellos no pudo ser su compadre.