Manuel Ávila

1787 / Ms.1252 / 1878-09-29 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MONTES LEDESMA, Dolores
Lamenta que haya pasado susto y peligros por la creciente del 24 de septiembre en Taxhidó. Pide que no se preocupe por tan poca cosa, pues las pérdidas pueden ascender a 2,000 pesos; pero no vale nada, pues él ha sufrido mayores quebrantos y no por eso dejó de cumplir sus obligaciones: en mayo de 1863 murió el Lic. Miguel Atristáin sin haber otorgado una escritura de 2,000 pesos que debía una testamentaría a Montes como apoderado y patrono. Desde noviembre de 1867 hasta febrero de 1872, patrocinó a la Casa de Moneda de México en un negocio con el gobierno y ya para decidirse, Benito Juárez quiso que la Casa de Moneda cambiara de abogado; el abogado que lo reemplazó ganó 20,000 pesos que no le correspondían. Desde febrero de 1872, comenzó a padecer una penosa enfermedad que lo privó de su profesión de abogado que le producía 6,000 pesos o más al año. Estos hechos demuestran que lo ocurrido en Taxhidó no vale nada, pues como decía Cervantes en su obra inmortal: "Todo tiene remedio, si no es la muerte". Mientras dure la vida todo se remedia y pone como ejemplo que Agustín [Montes] es diputado al Congreso federal ganando 3,000 pesos al año y él probablemente ascenderá en su carrera pública, aumentando su haber en 2,000 pesos anuales. Insiste en que no está afligido por lo de Taxhidó y le pregunta si ya olvidó que él es huérfano de padre desde los seis años y de madre desde los 17, que nada heredó de ellos, que su protector, el padre Manuel Ávila, murió en septiembre de 1841, y que desde entonces se formó solo hasta llegar a ser abogado, ministro de Estado, diputado cinco veces al Congreso federal y electo tres veces magistrado de la Suprema Corte. Pide que diga a las personas que pregunten sobre los estragos de Taxhidó, que la dirección de las obras estaba a cargo de Prudenciano, que Montes quería que el dique tuviera dos varas de grueso, Prudenciano decía que de una y de mala gana éste aceptó que fuera de una y media.