Se excusa por no aceptar la invitación para acudir a su casa el día de la inauguración del ferrocarril de Querétaro a México. Las razones son su enfermedad, el puesto público que ocupa y el ser ajeno a imponerse costumbres que lo dejen obligado con alguien. Agrega: "los franceses tienen razón en no admitir en las suyas reciprocidad de ningún género; porque de la observancia de esa conducta resulta nada menos que la unión firme en el seno de la sociedad y de sus amistades". |