Le sorprendió el anuncio de que regresará a México, porque en cartas anteriores expresó el propósito de permanecer indefinidamente en Europa. [Diego] Falgar le consultó la conveniencia de que algunos periódicos de esta capital [México], escriban contra las calumnias que el Henry IV publicó en París contra Carmona. No debe hacerse, porque la prensa de México ya lo ha dejado en paz y no es cuerdo provocar una discusión en que no faltarán los envidiosos que vuelvan a atacarlo. La mejor defensa contra las difamaciones interesadas de los periódicos es el desprecio. Desde el 1º de abril volvió a la vida privada porque sus enfermedades se agravaron; su situación es difícil; pobre entró al Ministerio [de Justicia] y pobre salió de él. Por consiguiente, solicita que ordene a Falgar que le ministre las cantidades que solicite. |