En respuesta a su carta del 30 de septiembre, expresa que no pudo recibirla el día que solicitó porque asistió a la Cámara de Diputados y porque sus ocupaciones no permiten disponer con anticipación de ningún tiempo. Covarrubias y su hermana debieron corresponder a su protección con hechos dignos de gratitud y no dar lugar al serio extrañamiento que les hizo, para que cumplieran el deber de respetar a la directora de la escuela. Si no hubieran dado motivo de queja, él, como ministro de Instrucción Pública, las habría amparado y puesto a salvo de imputaciones calumniosas; pero el extrañamiento emanó de las insubordinaciones cometidas con reincidencia. Deben cumplir con sus deberes y con ello tendrán su cariño y protección, pero si insisten en el mal comportamiento tendrá que dictar una providencia más enérgica. |