Ascenso militar

4260 / Ms. 1257 / 1882-01-06 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MONTES, Agustín
Solicitó al Gral. [Jerónimo] Treviño cumplir la promesa de ascenderlo, pero no tuvo éxito porque ya se había separado del Ministerio [de Guerra]. Pidió lo mismo al nuevo ministro [Francisco] Naranjo, pero contestó que la vacante [de capitán 1º] ya estaba cubierta; habrá que esperar otra oportunidad. Pasando al estado de su salud, dice estar tan mal que tendrá que volver a la vida privada y por ello pasarán grandes penurias. Teme que muy pronto llegará su fin y en tal caso le aconseja no dividir el pequeño patrimonio que deja a su madre y a él, porque dividido tendrán hambre los dos. Advierte no decir nada a Julio H. González de lo que le pasó a Agustín, pues la situación de éste es muy delicada. "El trágico fin que tuvieron Villagrán y Yoza, te debe hacer muy cauto; procura hijo mío, reducir tus males a la menor suma posible; y al efecto vive con el mayor orden y con la mayor economía".

4316 / Ms. 1257 / 1882-01-26 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MONTES, Agustín
Ratifica el contenido de la carta que envió el 15 de enero [véase núm. 4291] sobre la remisión de 50 pesos; asimismo repite lo relativo a su ascenso [a capitán 1o.], tratado con el Gral. [Francisco] Naranjo [ministro de la Guerra]. Siente mucho su situación con motivo de la comisión que le dio su jefe [Rosendo Márquez]. Aconseja conducirse con la mayor prudencia y esquivar a toda costa un lance que empeore su situación. Insiste en que procure bastarse a sí mismo y viva como si fuera huérfano, pues a él la enfermedad lo inutiliza para ejercer su profesión y por ello no puede ganar un peso.

4657 / Ms.1258 / 1882-08-15 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MONTES, Agustín
El ministro de Guerra [Francisco Naranjo] ha prometido a su recomendado Arana colocarlo en la división al mando de Treviño. Al mismo ministro ha escrito para que Agustín sea agraciado con la plaza que dejará vacante el capitán 1º José Ma. Balcázar. Le aconseja que esté bien con sus superiores, no hable mal de ellos, pues si esto lo hubiera observado con el Gral. Márquez, otra sería su suerte; que observe que pronto su padre ya no podrá brindarle ayuda, ni apoyo alguno, pues lo dejará huérfano.