Destierro

2094 / Ms. 1253 / 1880-04-01 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MONTES, Agustín
Ante la situación por la que atraviesa Agustín, debido a que está en prisión en espera de la resolución de su juicio en tribunales, intenta convencerlo de que debe corregir su vida y cambiar su forma de pensar. Todo tiene remedio, menos la muerte. Insiste en que debe trabajar. Se equivoca al sostener que el derecho constitucional de nada sirve, ya que en el país no hay garantías, sólo hechos consumados: "¿Dónde está Lerdo, autor de la funesta escuela que enseña: que el hecho prevalece sobre el derecho, y que contra los hechos consumados no hay remedio? ¿No consumó su reelección a fuerza de iniquidades y de inmoralidad? ¿Y de que le sirvió todo? Come el pan amargo del destierro, y su reelección, efecto de las funestas y torpes teorías, que tu repites, se disipó como el humo". Cree que Agustín pronto estará en libertad y espera que abandone las ideas equivocadas que han provocado su perdición.

2162 / Ms.1253 / 1880-04-27 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: MARÍN, Vicente
Agradece la felicitación porque Agustín [Montes] salió de la prisión. Solicitará a Felipe Iturbe la administración de la hacienda de la Llave para Ricardo Villagrán. No puede aceptar se le nombre candidato oficial a senador por el estado de Querétaro porque ello va en contra de sus principios, de la ley (la Constitución y la ley orgánica electoral del 12 de febrero de 1885 [sic]), y porque "entre un hijo del estado que en su larga carrera pública ha dado pruebas de honradez y de aptitud para el desempeño de los cargos públicos; que prefirió el destierro a los más altos puestos del imperio, y otro que no lo es y se encuentra en el caso opuesto ¿Quién debe ser preferido? La materia es muy grave, yo estoy convencido de que la falta de valor civil de los mexicanos en materia electoral es una de las causas principales de nuestra decadencia política, de nuestra corrupción administrativa y de la gravedad de nuestros males. Tiempo es de volver sobre nuestros pasos ahora que el ejecutivo federal tributando homenaje a la base de nuestro sistema de gobierno, ofrece respetar la libertad electoral". Finalmente pide que solicite al prefecto [Jesús] Domínguez que no hable acerca de su candidatura, pero que tampoco lo haga a favor de cualquier otra.

2806 / Ms. 1254 / 1881-03-07 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: RIVA PALACIO, Vicente
El encargo de Riva Palacio es superior a sus fuerzas. Procurará, en el poco tiempo que le deje su puesto, enviarle los testimonios y noticias que solicita para escribir la historia que se propone. Pidió a Felipe B. Berriozábal las cartas que con el seudónimo de Parrhesiades le envió el propio Montes a Estados Unidos de América en tiempos de la Intervención francesa. Si no tiene el Diario Oficial del Imperio, puede proporcionárselo. Conforme pueda le irá refiriendo su vida en aquellos tiempos: mayo de 1863, salida a Toluca, viaje a Mazatlán y Colima, regreso a México, empeño de Maximiliano para que aceptara ser su ministro, pérdida de su libertad, destierro a Francia, regreso por Estados Unidos en septiembre y octubre de 1867. "Acaso hallará V. algo digno de figurar en su proyectada historia".

3496 / Ms. 1256 / 1881-07-18 [Ver ficha completa][Ver documento]
De: MONTES LEDESMA, Ezequiel  Para: TORRES TORIJA, Eduardo
A pesar de la buena opinión que tiene Torres Torija sobre el jefe de la fuerza federal, solicita que no omita diligencia alguna para evitar la fuga de los monederos falsos y sus cómplices, pues causaría graves males al estado de Hidalgo y en especial al distrito de Huichapan, donde ejerce un dominio despótico el facineroso [Silviano] Gómez. Espera que le informe sobre la calumnia con que dicho malhechor lo agravió. En cuanto a Nicandro Morales, decidió no contestar su carta porque no quiere entenderse con el instrumento de los presuntos reos de amonedación falsa. El homicida alevoso Gómez lo amenza de muerte teniendo la audacia de enviar un mensajero para pedir su libertad, amenazando primero y suplicando después. Sobre este hecho expresa lo siguiente: "¿U. ha visto un estúpido igual a este bandido? ¡Creer que un proceso pendiente pueda cortarse al arbitrio del secretario de Justicia! se necesita ser una pasta de bestialidad y de ignorancia para pensar tal cosa, ¿y qué diré a U. de la estupidez de este hombre, que piensa amedrentarme con amenazas, después de 32 años que cuento en mi vida pública? No falté a mis deberes ante las bayonetas, la cárcel y el destierro del imperio. ¿Cómo podría faltar a ellos ante las amenazas de un canalla tan vil y despreciable como este asesino?".